¿Por qué las empresas necesitan invertir en tecnología?
Invertir en tecnología es la base del crecimiento a largo plazo de los negocios, pero muchas empresas latinoamericanas no lo están haciendo de la manera adecuada: transformar la cultura empresarial es tan importante como elegir la tecnología adecuada y el financiamiento más conveniente.
La competitividad de las organizaciones depende cada vez más de su capacidad para digitalizar sistemas, operaciones y procesos al ritmo de la tecnología. Es que hoy día la tecnología se ha vuelvo indispensable para el sostenimiento y el crecimiento de los negocios, sobre todo a largo plazo.
A pesar de esto, muchas empresas en América Latina no invierten en tecnología o lo hacen de forma incorrecta. A pesar de esto, muchas empresas en América Latina no invierten en tecnología o lo hacen de forma incorrecta. Además, se requiere una cultura empresarial que fomente la innovación y la creatividad en el proceso de invertir en tecnología.
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Parece algo lejano y disociado de los “fierros”, pero termina siendo fundamental y alcanza a todos los tipos de cultura empresarial. En una encuesta realizada hace ya cinco años a nivel mundial, el 62% de los directivos del sector privado indicaba que la cultura organizacional era la principal dificultad para digitalizarse.
Esto se debe a que los elementos de la cultura empresarial que comparten los miembros de una compañía reflejan su forma de pensar y actuar, sus valores, su ética, su misión, visión y propósito. De ahí que un cambio profundo como la transformación digital necesite de un entorno favorable a la innovación tecnológica para asentarse y desarrollarse.
Entre las principales consecuencias que hoy se evidencian cuando una cultura empresarial no valora la inversión en tecnología, se destacan:
Pérdida de competitividad: No estar al día con las últimas tendencias y herramientas que la competencia está aprovechando puede hacer perder clientes y oportunidades de negocios.
Ineficiencia en los procesos: Tener procesos obsoletos y poco eficientes puede llevar a un aumento en los costos operativos y una disminución en la calidad de los productos y servicios ofrecidos.
Falta de innovación: Quedarse atrás en términos de innovación puede significar la pérdida de oportunidades de mercado y de nuevos productos o servicios.
Cómo desarrollar una cultura digital
La adaptación de la cultura corporativa a la era digital pasa inevitablemente por las personas que forman parte de la empresa. Tanto directivos como empleados tienen que incorporar las competencias digitales para afrontar la transformación digital, lo que además significa dejar atrás los vicios de una cultura burocrática, una cultura autoritaria y abrazar una cultura por objetivos en diferentes niveles:
Dirección: Los ejecutivos que llevan adelante la conducción deben creer en la digitalización y transmitirlo al resto de la organización. Después, los supervisores de área tienen que respaldar la estrategia y medir los resultados para avanzar de forma progresiva.
Equipos: La digitalización debe adecuarse a las necesidades de los equipos para brindar herramientas que agilicen su trabajo. El análisis individual y la comunicación interna son muy importantes para identificar problemas y necesidades de cada departamento. Este aspecto es muy relevante desde el punto de vista de la gestión de recursos humanos porque ayuda a que el empleado se sienta identificado y a retener el talento.
Entorno: Las empresas tienen que prestar atención al entorno para identificar los obstáculos que impiden a los equipos ser más productivos. La habilitación de zonas colaborativas puede mejorar el trabajo de los departamentos.
Qué aspectos considerar para invertir en tecnología
Para invertir en tecnología, las empresas deben tener una estrategia clara y estructurada, que guíe las decisiones. Algunos pasos a considerar son: definir e implementar la estrategia, y tomar decisiones basadas en ella.
- Evaluar la tecnología existente para identificar las áreas que necesitan mejoras y actualizar los sistemas obsoletos.
- Definir claramente los objetivos a alcanzar a través de la inversión en tecnología, que deberán ser medibles, específicos y alcanzables.
- Identificar las tecnologías más apropiadas para sus objetivos y necesidades. Se puede consultar a expertos en tecnología, realizar investigaciones de mercado o identificar las mejores prácticas de la industria.
- Planificar cuidadosamente la implementación de la tecnología seleccionada, lo que implica definir plazos, asignar recursos, definir responsabilidades y realizar pruebas.
- Es importante capacitar a los empleados para garantizar que puedan utilizar la tecnología de manera efectiva.
- Evaluar periódicamente el impacto de la inversión en tecnología, a través de la medición de los resultados, la comparación con los objetivos definidos y la identificación de oportunidades de mejora.
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Cómo financiar tu inversión en tecnología
Actualmente existen muchas herramientas financieras que permiten a las empresas apalancar sus inversiones en tecnología, sobre todo a aquellas de mediana o pequeña estructura:
Créditos bancarios: Los bancos ofrecen diferentes líneas de crédito y préstamos a largo plazo. Esta es una buena opción para las pymes que tienen un historial crediticio sólido y una buena capacidad de pago.
Ángeles inversores: Son personas físicas con capacidad de inversión que tienen conocimientos empresariales. Aportan capital y valor agregado en las primeras etapas de un proyecto con alto potencial de crecimiento.
Financiamiento de proveedores: Algunas empresas tecnológicas ofrecen financiamiento para la compra de sus productos. Es una buena opción para las pymes que no tienen suficiente liquidez para una adquisición inmediata.
Fondos de inversión: Una alternativa elegida por quienes buscan financiamiento a largo plazo para invertir en tecnología. Estos fondos pueden proporcionar capital a cambio de una participación en la empresa.
Crowdfunding: Son plataformas de financiamiento colectivo, donde las pymes pueden presentar proyectos específicos para fondearse a través de inversores individuales.
Aceleradoras e incubadoras: Organizaciones públicas o privadas que se encargan de acelerar el crecimiento de empresas que recién se inician en su actividad, ayudándolas a configurar su modelo de negocio y captar financiación.
Programas de subvenciones y ayudas: Las pymes suelen ser excelentes candidatas para este tipo de programas ofrecidos por gobiernos y organizaciones privadas, que aportan financiamiento para la adquisición de tecnología.
La digitalización ya no es una opción para las empresas. Sobre todo, las pequeñas y medianas organizaciones tienen la obligación de invertir en tecnología para asegurar el futuro de su negocio y el de su personal. Abordar con éxito este desafío también implica una transformación cultural, que desde la alta dirección promueva espacios y comportamientos cada vez más cercanos a la innovación y la creatividad.