Servicios bancarios transfronterizos por el servicio de gestión de entidades
Los servicios bancarios transfronterizos que ofrecen los proveedores de servicios de gestión de entidades permiten a las empresas gestionar...
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H&CO
:
29-abr-2025 14:37:32
A lo largo de los años, ha evolucionado para adaptarse a los cambios sociales y económicos, pero siempre respetando los principios históricos que lo han caracterizado. Comprender su estructura actual, los impuestos que deben pagar las empresas, las reformas recientes y los desafíos futuros es esencial para navegar con éxito en el entorno económico colombiano.
El sistema tributario colombiano se organiza en tres niveles de gobierno: nacional, departamental y municipal. Cada uno tiene competencias específicas en la administración y recaudación de impuestos.
Entre los impuestos de carácter nacional más relevantes se encuentran:
Impuesto sobre la Renta y Complementarios: Aplica tanto a personas naturales como jurídicas. Grava los ingresos netos percibidos dentro y fuera del país.
Impuesto al Valor Agregado (IVA): Un tributo indirecto que recae sobre el consumo de bienes y servicios, con tarifas generales y diferenciales.
Impuesto al Patrimonio: Aplica en circunstancias especiales a quienes poseen un patrimonio superior a ciertos umbrales establecidos por ley.
Gravamen a los Movimientos Financieros (GMF): También conocido como "4x1000", grava las transacciones financieras realizadas a través del sistema bancario.
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Impuesto | Descripción |
Impuesto sobre la Renta Corporativa | Grava la renta líquida de las sociedades nacionales y extranjeras. |
Impuesto al Valor Agregado (IVA) | Aplica a las ventas de bienes y servicios gravados. |
Retenciones en la Fuente | Mecanismo de recaudo anticipado sobre ciertos pagos o abonos en cuenta. |
Impuesto de Industria y Comercio (ICA) | Impuesto municipal que grava las actividades industriales, comerciales y de servicios. |
Contribuciones Parafiscales | Aportes obligatorios destinados a entidades como el SENA, ICBF y cajas de compensación. |
Tasa general: Actualmente se aplica una tarifa del 35% sobre la renta líquida gravable, aunque puede variar dependiendo del tipo de entidad y régimen especial aplicable.
Base gravable: Se calcula sobre la utilidad neta fiscal, después de deducciones autorizadas y ajustes por conciliación contable-tributaria.
Declaración y pago: Se realiza anualmente con anticipos mensuales o bimestrales, según los ingresos brutos del contribuyente.
Tarifa general: 19%, aunque existen tarifas reducidas (5%) y bienes/servicios exentos o excluidos.
Periodicidad: Las empresas deben presentar declaraciones de IVA mensuales o bimestrales, dependiendo de su nivel de ingresos.
Crédito fiscal: Se permite la compensación del IVA pagado en adquisiciones con el cobrado en ventas, bajo ciertas condiciones.
Las empresas actúan como agentes de retención al realizar pagos a terceros por conceptos como honorarios, comisiones, arrendamientos, servicios y compras.
Estas retenciones deben ser declaradas y consignadas mensualmente ante la DIAN.
La omisión o errores en la aplicación de tarifas o en el reporte generan sanciones relevantes.
Este tributo es de carácter municipal y grava el ejercicio de actividades industriales, comerciales o de servicios dentro de una jurisdicción determinada.
La tarifa depende del municipio y del tipo de actividad económica, y suele oscilar entre el 0.2% y el 1% sobre los ingresos brutos operacionales.
Algunas ciudades aplican el ICA consolidado para empresas con operaciones en múltiples municipios.
Empresas que poseen bienes inmuebles deben pagar el Impuesto Predial Unificado, calculado sobre el avalúo catastral de las propiedades.
Si la empresa posee vehículos, debe cumplir con el impuesto vehicular, de carácter departamental.
Las empresas están obligadas a realizar aportes mensuales a entidades como:
SENA (Servicio Nacional de Aprendizaje)
ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar)
Cajas de compensación familiar
Estos aportes equivalen aproximadamente al 9% sobre la nómina, y son independientes de los aportes a seguridad social.
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A pesar de su estructura consolidada y su base normativa amplia, el sistema tributario colombiano enfrenta importantes desafíos estructurales que limitan su eficiencia recaudatoria, equidad fiscal y competitividad internacional. Estos retos deben ser abordados con una visión integral que combine la estabilidad jurídica con las necesidades de modernización y sostenibilidad fiscal.
Uno de los principales obstáculos es la persistente evasión y elusión tributaria, especialmente en los sectores informales y en ciertas franjas de la economía formal. Las estimaciones del recaudo perdido por evasión en el impuesto sobre la renta y el IVA representan una porción significativa del PIB, afectando directamente la capacidad del Estado para financiar el gasto público de manera sostenible. Esta situación genera inequidades profundas, al trasladar la carga fiscal a los contribuyentes cumplidores.
El sistema tributario colombiano se caracteriza por su alta complejidad legal y administrativa, producto de reformas frecuentes, normas transitorias, regímenes especiales y múltiples niveles de tributación (nacional, departamental y municipal). Esta situación eleva los costos de cumplimiento tributario, genera un poco de incertidumbre jurídica y desincentiva la inversión, especialmente en empresas extranjeras que requieren predictibilidad normativa.
Existe una desigual distribución de la carga fiscal, tanto entre personas naturales como entre sectores económicos. El sistema actual sigue dependiendo en gran medida de los impuestos indirectos, como el IVA, lo que tiende a afectar en mayor proporción a los hogares de menores ingresos. Asimismo, algunos regímenes especiales y beneficios tributarios generan distorsiones que afectan la neutralidad del sistema y restan progresividad a la política fiscal.
La coexistencia de tributos municipales como el Impuesto de Industria y Comercio (ICA) con los impuestos nacionales, sin una adecuada coordinación entre niveles de gobierno, ha provocado problemas de doble tributación, disparidad normativa y competencia fiscal entre jurisdicciones. Esta fragmentación limita la eficiencia del sistema y complica el cumplimiento para los contribuyentes que operan en múltiples regiones del país.
El sistema tributario colombiano debe construirse sobre la base de sus mejores tradiciones, incorporando propuestas de mejora que garanticen su adaptabilidad y competitividad. Entre las proyecciones más relevantes se destacan:
Simplificación del sistema tributario: Reduciendo la complejidad normativa para facilitar el cumplimiento voluntario.
Fortalecimiento institucional: Mejorando los procesos de fiscalización y servicio al contribuyente.
Mayor equidad fiscal: Asegurando que la carga tributaria sea distribuida de manera justa, incentivando al mismo tiempo la inversión y el crecimiento económico.
Con una visión de futuro que respete los valores tradicionales, Colombia puede construir un sistema tributario más eficiente, transparente y sostenible.
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