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Qué son los bienes y cómo se agrupan

Te ayudamos a entender qué son los bienes y cómo agrupar su gran variedad para aprender a gestionarlos en beneficio de tus finanzas personales.

Los bienes están presentes en cada aspecto de nuestra vida cotidiana. Todo el tiempo oímos frases como: “Esto es propiedad de tal persona”. Pero ¿te has puesto a pensar qué es un bien? ¿Qué elementos son necesarios para que algo se defina así?

En este artículo vamos a explicar todo esto y además queremos contarte por qué tenerlo claro puede servirte para administrar mejor tus finanzas personales.


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Es tan importante definir qué son los bienes, que el propio Derecho Civil los clasifica en tangibles o intangibles. En primer lugar, los intangibles son las cosas subjetivas y no físicas, como por ejemplo los derechos. Por su parte, los tangibles son las cosas objetivas y físicas que pueden ser percibidas a través de los sentidos.

 

Al mismo tiempo, la economía prefiere llamar a los tangibles como bienes materiales. Según su punto de vista son elementos concretos que se pueden comprar, vender o intercambiar por otros productos para satisfacen las necesidades de las personas.

La economía también distingue entre bienes libres y económicos. Los libres son aquellos dados por el entorno natural. Son abundantes y no requieren ninguna forma de producción y comercio. Algunos ejemplos son el aire respirable y la luz solar.

Por el contrario, estos bienes son escasos, necesitan ser producidos y requieren intercambio comercial. Algunos ejemplos son un vehículo, una casa o un celular. Se les asigna un valor monetario en base a la dificultad o facilidad de producción, comercio y su capacidad de satisfacer una necesidad. 

Clasificación de bienes materiales

La clasificación de los bienes materiales es muy amplia. Según el punto de vista del enfoque la lista se alarga a partir de cómo fueron fabricados y cuánto duran. También los podemos agrupar según su grado de escasez, grado de transformación y la renta de las personas. Y hasta por cómo son encuadrados en el derecho civil.

Para entender mejor esta variedad, te explicamos algunos grupos y te damos ejemplos de cada uno:

  • Muebles: Son todos los bienes perceptibles a la vista y que se pueden mover fácilmente a través de una mudanza o un traslado más simple. Algunos de este tipo son: maquinarias, herramientas, equipos, vehículos, joyas, dinero.
  • Inmuebles: Son aquellas cosas que no se pueden trasladar de un lugar a otro, ni siquiera con ayuda de una fuerza externa. Tal es el caso de una vivienda o propiedad privada. En este sentido, los transportes por agua también son vistos como bienes raíces, porque no son útiles fuera de la superficie marítima.
  • Cuantificables: Dentro de los negocios, hacen referencia a todos los productos comerciales, como mobiliario de oficina, efectivo o productos que se ponen en venta, entre otros. Es fundamental tener un control de ellos.
  • No cuantificables: Existen otros tipos de bienes que podemos ver y tocar, pero que no podemos saber con exactitud cuánto de ellos poseemos. Algunos de los que pertenecen a este grupo son los líquidos, como el agua o el petróleo, por ejemplo.
  • Fijos: Son usados en la actividad comercial de una compañía por un plazo mayor a 12 meses. Siempre se registran en los balances financieros como propiedad, planta y equipo. Se consideran fijos porque conforman el patrimonio de una empresa, que dispone de los mismos siempre que sea necesario.
  • De consumo: Los bienes de consumo pueden ser materiales o inmateriales. A diferencia de los bienes de capital, no sirven dentro del proceso de producción, sino que son el producto final. Son el último escalón del proceso productivo.

Además del detalle que acabamos de repasar, también podemos armar otro grupo según la facilidad de acceso. En este caso los bienes entran en el marco del derecho administrativo por la forma de acceder a ellos. Por ejemplo, los bienes de dominio público son accesibles para todas las personas, porque no son propiedad de nadie o son propiedad del Estado.

Por otro lado, los bienes comunes tampoco tienen restricciones, pueden ser usados por todos y sirven para obtener un beneficio común. Un valioso ejemplo de este tipo es el medio ambiente.

En términos monetarios, los bienes también se pueden clasificar según la renta de los consumidores y la capacidad de satisfacer una necesidad. Así tenemos los bienes normales, cuya demanda aumenta conforme aumenta la renta de las personas, como los zapatos.


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En la misma línea, los bienes de lujo son demandados con más rapidez cuando aumenta la renta de las personas, como los autos de alta gama. Los bienes de primera necesidad tienen una demanda que se suele mantener constante, como el pan. Finalmente, los bienes inferiores son menos demandados conforme aumenta la renta de los consumidores, como las segundas marcas de bebidas o comidas.

¿Cómo gestionar los bienes materiales?

La gestión de nuestras posesiones es fundamental para poder sacarles el mayor provecho y lograr beneficios. Compartimos algunos consejos básicos para avanzar en este sentido:

  1. Localiza cada uno de tus bienes materiales: Tienes que ser consciente de todos aquellos objetos que sean relevantes y valiosos y agruparlos en un listado.
  2. Realiza un inventario o registro: No es suficiente localizar tus bienes materiales. Tienes que hacer un inventario con todos ellos. Por ejemplo, materias primas, productos sin terminar, productos finales y artículos de reserva, entre otros.
  3. Establece su utilidad: Cuando ya tengas en un mismo sitio todos los bienes materiales, tienes que agruparlos por áreas, objetivos o cualquier otro orden.
  4. Da seguimiento a estas acciones: Luego de un tiempo, y cada cierto periodo, tienes que revisar y dar seguimiento sobre cómo estás gestionando tus bienes. Esto permite garantizar que todo está funcionando de forma adecuada: maquinaria, equipos y efectivo, entre otros.

En conclusión, los bienes materiales son clave para tus finanzas porque ofrecen respaldo y protección. Además, algunos de ellos son los encargados de seguir generando beneficios monetarios para mantener en pie un proyecto personal o empresarial. Su correcta gestión te ayudará a aprovechar al máximo lo que posees y seguir creciendo.

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